viernes, 28 de mayo de 2010

Historia del Sol y un suicidio.



Sabes amor, a veces veo la luna

Mitad oscura… mitad radiante,

Imaginándola como mi amor por vos.
Así como cuando estabas, claro,
Radiante como el alba
Oscura como la penumbra.
Porque yo, o quizás mi otro yo,
Por enredarse con hilos de pensamientos pedidos,
Opacaba eso que teníamos,
Eso que era como un rayo…
Un relámpago fugaz, efímero será?
En fin, concreto e intenso.
Es por eso que te fuiste, por mi.
Partimos nuestro mismo camino compartido
En dos ramas con direcciones distintas.
Otro cielo te muestra otra luna,
Claro, también mitad y mitad,
Mitad oscura, mitad radiante
Radiante como el alba, oscura como la penumbra.
Es así como, seguramente, llegue hasta acá.
A este rincón cuadrado, solitario, triste y oscuro
Donde ya no se mas que hacer.
Me sobran pensamientos asesinos que caen de mis bolsillos.
(No tengo bolsillos tan grandes…)
Pensamientos que vuelan para clavarse en mi pecho.
Y al ver de nuevo esa luna, pienso en el sol,
Como, perdidamente enamorado,
Persigue hasta el ocaso a su amor luna.
Y esta, coqueta en su noche, resulta inalcanzable.
Pero tan fuertes y sinceros son sus sentimientos
Que, al alcanzarse en el eclipse,
Deleitan al infinito con su espectáculo de amor
Por es unión, única e irrepetible.
Y yo, habiendo arruinado todo,
Habiendo llenado de nubes grises el gran cielo
Estoy acá, en este rincón,
Cuadrado, solitario, triste y oscuro
Ya sin ganas de respirar.
Claro, como si pudiera lograrlo solo de pensarlo.
Entonces me arranco de un golpe una tira de venas
Manchando de rojo el piso de mi rincón,
Que es mío,
Y así mientras mis ojos se nublan,
Mis flacos brazos se convierten en lingas sin vida.
Me apuro! Para beber el último trago
Un último cigarrillo es hazaña imposible en mi condición,
De muerto vivo, de arrepentido de la vida,
De haber vivido y decidido dejar de hacerlo.
Brindo por vos, por el sol y por la luna.
Se fue toda la pila de cosas de mis bolsillos.
Solo un recuerdo florece desde abajo,
Mientras mi corazón deja de ser corazón.
Te veo en ese recuerdo
Sentada en un rincón,
Cuadrado, solitario, triste y oscuro.
Un cigarrillo rojo sin encender,
La copa brindando en mi honor,
Una lagrima en tu mejilla
Y la misma daga del final,
Sabes amor, ahora me acuerdo como llegue hasta acá.

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